Maquillaje: Ana Vera

Presentación o locución: Carlos Blanco

Sonorización, locución y dobraje: Mandeo Records.

Subvención o ayuda pública: Diputación de Lugo.

En estos tiempos de demolición de la tradición cultural, donde la simplicidad estilística y el refinamiento en sus temas, CHANTADA FILMS cree necesario un resurgir del arte popular y de masas con una actitud estética del arte aborigen.

Esta transición pasa por una estructura narrativa y figurativa de un movimiento artístico que represente los eventos y la realidad. Generando una serie de visiones utópicas. Viendo con los ojos del espectador las situaciones y secuencias con una estética visual con profundidad de campo. Un festín de imágenes para crear una ruptura lógica temporal.

Desde CHANTADA FILMS intentamos sintetizar el espírito cinematográfico en el arte de reprodución y de encantamiento, de imagen y sonido, de complicidad y de distanciamiento, de personaje y de espectador, así muestra nuestra Asociación el cine RURAL UNDERGROUND.
Sentimos la necesidad de una revisión estética tradicional de lo que supone la realidad cinematográfica en este mundo contemporáneo. Una realidad artística, tan impensable, que la reacción de las mentes más esclarecidas vean que una nueva dimensión es posible. Empresa nada fácil.

El estilo narrativo de CHANTADA FILMS llega al nievel onírico de representación de imágenes de simbología iconoclasta, para que la capacidad de recepción del espectador produzca una mezcla de extrañamiento y placer con efecto de vértigo.

Este sistema híbrido de artes audiovisuales, de vocación populista, aunque deformado y subjetivista, contiene una cierta realidad social que intenta violentar a la naturaleza del tiempo real, buscando al azar sus formas.

En esta orgía, arremetemos con fuerza contra los convencionales canons establecidos, para retornar a la pureza del automatismo psíquico y las motivaciones irracionales del subconsciente.

Lola es el título del último trabajo de Chantada Films. El cortometraje lleva el nombre de la adolescente que despierta en el protagonista, Cibrán, sentimientos que germinan en contacto con el mundo rural gallego hacia 1964. En el film tiene importancia la presencia de la naturaleza: el olor del abono como estimulante de la sensualidad, las medas que permiten escondites, los haces de paja que configuran recovecos, los animales, como el caballo que tiene un papel simbólico… La realidad que constituye los ciclos de la vida ayudará a la transformación del chico, justo cuando aparecen los “pies negros”, trabajadores que llegan al pazo vinícola al que fue enviado para olvidar, en lo posible, la muerte de su madre, hecho que lo convertirá en un iconoclasta.

La historia está basada en el relato corto de la banda diseñada “Roberta” del autor francés Max Cabanes. Su director, Alfredo Pardo, que ha conseguido éxitos con aportaciones importantes al cine gallego como O labirinto ario, supo traerla a nuestra geografía y a la época de los años sesenta, tanto a través de los exteriores como dos interiores palaciegos, cuidando bien los detalles y acometiendo con sabiduría las pequeñas adaptaciones precisas, como el falseo de algunas tomas para introducir como fondo nuestra arquitectura popular. La acción se filmó en el Pazo de Abral, Quinteliña y Os Queixeiros.