Ahogado por la vorágine de la urbe, Mariano decide viajar a la montaña para visitar a su amigo Toni. Éste le propondrá como terapia a su estado ansioso, la creación de un bol de cerámica con la técnica raku. A través de la creatividad y reconexión con el ritmo de la naturaleza, será como Mariano se reencuentra consigo mismo.