María es hija de un “rojo”, trabaja para Santi, un guarda franquista que tiene como misión eliminar a los “rojos” de una lista que le facilitaron sus superiores.
A Santi sólo le queda una persona de esa lista: Manuel, padre de María, que se supone muerto. Los superiores de Santi lo presionan para que finalice su misión.
Entre María y Santi comienza a darse una relación amorosa y Santi decide ir un día a casa de María. Ya en la casa de María, Santi observa algo que le hace sospechar que Manuel está vivo.