Cuando Mourtada Seck fue encerrado en el CIE de Aluche, perdió, entre otros muchos, su derecho a la propia identidad. Pasó a ser un número, igual que el resto de los allí internos. Samuel, que emigró a España con la ayuda económica de su familia en busca de una vida mejor, fue también detenido e internado en dos de estos centros a la espera de ser deportado. Peggy, cuyo marido fue expulsado ocho días antes del nacimiento de su hija y más tarde golpeado y maltratado por los agentes que le acompañaban en el vuelo de vuelta a su país, ha visto su proyecto de vida truncado desde el momento en que su marido fue arrestado. Sus historias tejen el hilo narrativo de un documental que da a conocer algunas de las cuestiones más relevantes y polémicas en torno a la lucha contra la inmigración irregular que tiene, en los Centros de Internamiento de Extranjeros, una de sus principales herramientas.