Aurelio Romay, un joven humilde y apocado, abandona su aldea para instalarse en A Coruña, donde trabajará para Fabián Mouriz, propietario de una consignataria de barcos. Mouriz abusa de los emigrantes que, desesperados por marchar a América, no dudan en darle el dinero que no tienen, a cambio de que agilice unos trámites que él suele encontrar defectuosos. Romay se hace novio de Guadalupe, una vecina de la pensión y, empeñado en prosperar para poder casarse con ella, intenta mantenerse al margen de los manejos de su jefe. Un día llega a la oficina Juan Cadaval que, con todos sus papeles en regla, pretende emigrar a Argentina, donde tiene un pariente rico que le ofreció trabajo. Pero Mouriz vende sus documentos para que otro viaje en su lugar. Contraviniendo las órdenes, Aurelio le devuelve la documentación a su legítimo dueño.