Hijo de taxidermista, Casto es un hombre siniestro que vive aislado del mundo en la conserjería de una vieja fábrica abandonada. Es verano y un grupo de adolescentes del pueblo se instala delante de su guarida para reírse de él. Hoy las chicas acuden a la cita habitual con sus amigos, dando pie a un inoportuno cruce de caminos.