Mi gran pasión siempre fue el teatro. Recuerdo mi niñez que con 10 años el teatro era algo que me atraía...
A los 18 años me fui a Madrid, y desde entonces he dedicado mi vida a la interpretación. Hoy tengo 85 y la edad es algo que nos tranquiliza y con ella aprendí a saber esperar y a disfrutar de lo que antes no valoraba.
La guitarra y sus sonidos siempre me acompañaron en mis alegrías y soledades...
Por eso escribí este monólogo...
La guitarra y el tiempo.
Y al interpretarlo prolongo mi vida.
Su amigo.
Eduardo Fajardo.