Decorados: Emilio Ferrer.
Segunda colaboración en el terreno de la comedia entre Rafael Gil y el actor Antonio Casal, tras el debut del director en El hombre que se quiso matar (1942). Ambos cerrarían su trilogía cómica consecutiva con Huella de luz.
En esta ocasión se mezcla lo cómico con el cine policiaco. Todo comienza cuando la agencia de viajes “Panorama” tiene graves problemas financieros. Así que uno de sus empleados tiene la original idea de organizar unos viajes sorpresa donde los viajeros no sepan el destino. El primer grupo que se forma va a parar sin querer a una misteriosa mansión donde comienzan a suceder hechos extraños y uno de los viajeros es asesinado.
La película obtuvo el octavo premio del Sindicato Nacional del Espectáculo.