V.O. con subtítulos en gallego
Esta película fue la primera de la compañía cinematográfica Artistas Argentinos Asociados. La realizaron para demorar el rodaje de La Guerra Gaucha, ya que uno de los protagonistas de esta última y fundadores de la compañía cinematográfica estaba enfermo de gravedad.
Este es otro film que vuelve a tratar con frescura la vida cotidiana de los inmigrantes y criollos de comienzo de la década del cuarenta en la Argentina. Muíño interpreta el protagónico, un padre de familia de clase media, hijo de inmigrantes, que con una constante lucha y esfuerzo laboral, ha logrado comprar una vivienda y le ha podido dar a sus hijos una educación acorde a los modelos de la época.
Este padre, un poco hosco y bastante porfiado, pretende que sus hijos sean personas prudentes y ahorrativas con el dinero, ya que él, como hijo de inmigrantes, ha sufrido y tenido que sobrellevar muchas faltas y pérdidas por falta de dinero.
Es muy común que los hijos vean los defectos de los padres y pretendan no heredarlos. Este caso no es ajeno y estos hijos ven en su padre a un viejo amargado que no quiere gastar un peso en disfrutar la vida.
El conflicto comienza cuando intentan revelarse. El viejo alega que si no trabajan y no ahorran, les pasara igual que a sus padres, que vieron desperdigarse a toda la familia a causa de la situación económica y que él no está dispuesto a perderlos en la miseria.
Pero comportándose de esta manera mezquina, perdería el afecto de sus hijos, por más que los mantuviera cerca. Los fundamentos del viejo son lógicos, pero está muy sujeto a su subjetividad y no puede ver que los hijos también tienen razón. Eterna lucha entre progenitores y descendencia. Estos cambios generacionales son muy difíciles de limar. Al final el viejo afloja, aunque los hijos guarden cierto resentimiento. Me conmovió la escena donde el viejo le explica a un ajeno a la familia, las causas de su comportamiento y de su parecer. Utiliza una similitud frente a un gallinero, muy ejemplar y bien utilizado. También rescato la escena donde este viejo le da indicaciones a su hijo de cómo tiene que caminar para ahorrar el calzado, muy graciosa.
Esta película sirvió para aceitar los engranajes de la compañía y demostrar todo el talento y energía que poseían, y para anunciar que lo que vendría sería muy bueno.