Empezada por Mario Bonnard y retomada por el grandísimo Sergio Leone, es una de las mejores películas del género y acabó de confirmar al famosísimo Steve Reeves (Hércules) como uno de los iconos del Peplum.
Glauco, un centurión romano, al regresar a su casa en Pompeya, se la encuentra incendiada y saqueada. Un esclavo le comunica que un grupo de cristianos ha matado a su padre, a la vez que se ha llevado todas las cosas de algún valor. Glauco acude al edil Ascanio en demanda de justicia. Allí se encuentra con la hija del edil, llamada Elena. Ésta tiene una esclava cristiana ciega, llamada Nidia, de la que está enamorado Antonino, un raterillo de los suburbios de Pompeya, y al que Glauco liberó de ser arrestado. Por un robo que Antonino efectúa, se entera de quién fue el asesino del padre de Glauco y, al comunicárselo al amigo de éste, Marco, es éste asesinado por Arbase, gran sacerdote de Isis, autor de todos los robos y asesinatos cometidos. Arbace, ante el temor de ser descubierto, denuncia a Glauco y a Elena como cristianos, por lo que son sentenciados a morir en el circo romano. Cuando parece que se va a cumplir la sentencia, el Vesubio entra en erupción, lo que da lugar a que se escapen todos los sentenciados a muerte. Aún cuando muchos de ellos perecen en las calles de Pompeya, inundadas de lava, Glauco y Elena se salvan al llegar al mar.